miércoles, 21 de enero de 2009

Rosa, yo y mi otro yo

Ay, Rosa, Rosita, mi Rose. A ti que has padecido la ignominia de ser abandonada por un hombre que traicionó tu confianza luego de varios años, a ti que superaste las limitaciones físicas que impone este cruel valle de lágrimas en el que la suerte de la fea la bonita la desea y en el que la fea se opera la nariz, se compra ropa nueva, se hace nuevo peinado, se maquilla un montón y se va de viaje a máncora para mezclarse con las bonitas y no parecer tan fea. A ti, que andas cuidada de los hombres engañosos y destilas bilis ante una conversa por msn con algún joven vivaracho que te haga sentir insegura de ti misma. A ti que chambeas un huevo y que has padecido, como la mayoría de los peruanos, de trabajos mal pagados que te hicieron la clásica chica que espera que los hombres la pongan siempre. A ti que no tuviste el soporte económico ni emocional de tus padres para hacerte la carrera de contadora que seguramente te hará una mujer de bien, productiva y generosa. A ti, que has tenido que lidiar con infamias de tu padre. A ti, que has tenido que renunciar a las formas tradicionales de conocer el amor y recurrir al anonimato de internet, al menos hasta que te conozcan y se rompa tu ilusión (y la de tu chat-partner). A ti, que ayudas a niños en necesidad, no sé si por pose o por convencimiento personal, ¡qué más da!, con que los ayudes basta y sobra. A ti, a ti que luego de cuatro años no has podido entablar una relación medianamente seria. A ti, que le has dado tu número de teléfono a un completo extraño en el chat, esperando su llamada para salir, sin la menor respuesta. A ti, que te ha dicho fea a tus espaldas, gente que ni conoces. A ti, que te has ganado enemistades gratuitamente, sólo por ser la ex de un infiel que se enamoró de otra varios años menor que tú. A ti, que hacías llamadas anónimas a la nueva novia de tu ex, sólo para escucharle la voz y que en contraparte recibías sms diciéndote gordita y llamadas similares a las tuyas. A ti que te han criticado sin conocerte, sin conocer ni la mitad de lo buena persona que probablemente eres. A ti, cuyas probables y presuntas virtudes son resaltadas con mofa y únicamente en medio de frases que evidencien tus defectos. A ti, hoy MI OTRO YO, FRANKIE, te pide disculpas esperando expiar un poco mis culpas, porque hoy, 21 de enero de 2009, aunque sea por este blog que nunca leerás, debo confesarte que,

- YO, no sentí remordimiento de ser la chica menor que tú, que se llevó a tu novio luego de varios años, con el convencimiento de que cuando una relación anda bien, nadie puede interponerse.
- YO te llamé fea una y mil veces, algunas con completa sinceridad y otras con un agazapado sentimiento de inseguridad frente a esa gordita que había tenido el amor de mi novio por seis años, y porque arrastré a mis mujercitas, que concientes de ello y en pro de mi autoestima, te llamaron fea también.
- YO te llamé algunas veces sólo para molestarte, en correspondencia a las llamadas que me hiciste tú.
- YO sentí cierta satisfacción muy, muy baja, de que en tu familia no todo fuera bien y que tu mundo no fuera perfecto y te deseé que nunca sacaras tu título de contadora y que siempre ganaras poquito- poquito, para que no me hicieras quedar mal a mí, que andaba en prácticas pre-profesionales.
- YO, fragüé un hi5 con fotos de un chico guapo, sólo para poder regocijarme con las fotos que colgabas y en las que esperaba verte siempre fea, fea, fea.
- YO inventé una cuenta de hotmail y chateé contigo fingiendo ser X, sin que tú siquiera lo sospechases, burlándome de tus faltas ortográficas, inmadureces y huachaferías, aunque nunca hubieses representado una amenaza real a mi relación.

¿Sabes, Rosa?, aún creo que él no te amaba, y que YO fui una forma rara de operar del destino. Yo sé que aunque no lo hayas querido admitir abiertamente, tú guardabas (o guardas)sentimientos malos para conmigo, y que dices que soy fea a los que no me conocen (ahí sí perdiste objetividad ah :P ). Reconozco que tú tenías más motivos para tener resentimiento conmigo que viceversa y no sé si habrás hecho las paces conmigo, pero yo ya hice las paces contigo. Todavía sigo pensando que eres un poco fea (ya no tanto como antes, a decir verdad) y que no deberías ponerte bikini. Pienso que de lo poco que “X” conversó contigo, eres engreída y huachafa, pero me da gusto que hayas sacado tu título de contadora y espero que ganes la plata suficiente para vivir bien y ayudar a tu familia (aunque no quiero que te saques la tinka). No te prometo no volver a ver clandestinamente tus fotos del hi5, se me ha hecho casi casi costumbre, pero sí te prometo no volver a llamarte fea con zaña. Tú Rosa, que sacaste lo más retorcido de mí, me has enseñado que no quiero volver a desencadenar el YO desenfrenadamente despiadado que puedo ser, y que en la o las relaciones venideras que tenga, sólo quiero ser Frankie, o sea, retorcida, como siempre, pero no tanto.

1 comentario:

  1. Pobre Rosita, sólo le faltó ser la gordita Rosita...

    ResponderEliminar