Eso fue lo que me dijo el jueves en su noche, luego de un día de –milagrosamente y luego de dos semanas- no pelear o discutir por skype o por teléfono. B y yo llevamos 4 semanas luego de nuestra más reciente discusión seguida de ruptura. Pasada una semana, volví a generar discusión (ya no sé si yo o él) porque en mi intento de “normalizar” la situación le deslizaba al final de los emails que le escribía o de las conversaciones tensas que teníamos, un “te quiero” final. Nunca respondía con un “te quiero”. Estaba resentido, según dijo, le toma tiempo volver al punto de comodidad en que nos decimos que nos queremos, que nos gustamos, que tenemos sexo por skype, que queremos estar juntos para siempre y en el que pensamos que podremos con este año adicional que se viene de no poder estar juntos físicamente, salvo en vacaciones. Me pareció un gesto mezquino, reclamé, pataleé y lloré, porque esto se sumaba al conjunto de cosas que siento que están al alcance de su mano y que no hace por no ir contra sus principios o dar un plus; a lo que él dijo que lo que debía era “mimar y cuidar”. Sí, puede que tuviera razón, pero teniendo en cuenta que esa ruptura no fue a causa mía (ni de él, en realidad) sino de un cúmulo de gestos y modos de ser y de hacer y de ver la vida que tiene él, con los que yo sentí que no podía lidiar más, me pareció que el mimo y cuidado no podía venir sólo de mí.
B y yo nos esforzamos mucho en que esta relación camine, pero no lo hacemos siempre del modo que el otro valora, y eso es un problema muy grande. Me he frustrado muchísimas veces con frases de él cuando yo –supuestamente- peleo por tonterías y él dice que “eso no es lo realmente importante en nuestra relación”. Y quién coño eres tú para decir lo que es importante acá, b? Y quién michi soy yo para decirlo?. Yo digo lo que es importante para mí y espero lo mismo de ti.
Ayer viernes viajaste a visitar a tu entrañable mejoramigo-becarioespañol-devacasenespaña al que no ves hace mucho tiempo. Te despertaste a tu madrugada y partiste entre gallos y media noche a verlo. Yo, que me había confundido pensando que partías por tu tarde y con las 7 horas de adelanto que me llevas, te llamé a tus 5 pm, aunque ya habías estado toda tu mañana y media tarde en Galicia, y ni una noticia tuya. “Bueno, son mis 10 am, quizá piense que estoy durmiendo aún, o que estoy ocupada”, pensé. Llamé 7 veces hasta que contestaste (sí, sí, me entró la neura), hasta que por fin contestaste.
- Te he llamado cincuenta mil veces y no contestas, quería que te despidas de mí antes de ir a Galicia.
- Es que lo tenía en vibrador, siempre lo tengo en vibrador y no lo he sentido. Estoy desde la mañana, te dije 5, pero am., he pedido permiso en el trabajo.
- Ya, pero no contestas y me da inseguridad y sí, desconfianza, y sí, me jode. Bueno, que pases un buen fin de semana pues (contonito medio (medio no más) sarcástico). chau.
- Bueno, un beso. Adiós
Hoy es sábado a tu 9 pm y no he sabido nada de ti. No se te pasa por la cabeza que en medio de tanta discusión, tristeza mía y desconfianza que tiene historia(aunque tengo q aprender a confiar, blah blah), sería bonito que me des una llamada de 30 segundos diciéndome que estás bien y que te has acordado de mí, aunque no me digas que me quieres? Qué tal un email de dos líneas contándome que andas muy ocupado con Manuel o que simplemente quieres un descanso de “nosotros” por este fds?. No, son cosas que como tantas otras, son “antinaturales” en ti y que yo debería entender y querer. Y ni las entiendo ni las quiero.
En abril, cuando llamaste luego de dos meses de no haber sabido el uno del otro, cuando volviste pidiendo perdón y diciendo que no sólo me querías, sino que te habías dado cuenta de que realmente me amabas, dijiste una frase que me pareció fuerte, aunque bonita: “te necesito”. Hoy esa frase resuena en mi cabeza pero de un modo triste. Sí, me necesitas. No sé ya si como una persona que se ha vuelto indispensable en tu vida, tu rutina (para bien o para mal), tu paleta de equilibrista, o si me necesitas como la mujer a quien amas y con quien quieres compartir tu vida.
Siempre me pregunté cómo habría sido nuestra historia si tu año de becario no hubiese llegado a su fin, si no te vieras perdiendo un trabajo cómodo, una vida de dinero, amigos, fiestas, mujeres y además tu cuota de soporte emocional mía, a quien no querías de novia pero a quien tampoco querías dejar ir, aunque tuvieras que retener a punta de mentiras. Me pregunto hasta ahora si es que teniendo las mismas “facilidades” que tenías en Perú, seguiría siendo yo lo importante, si seguirías, como hasta hace 1 mes, viniendo a casa del trabajo directo a encender la compu (hace un par de semanas, como estás cansado, pese a tener horario de verano y llegar a casa a las 4 pm, te vas a dormir y te conectas a tus 8 pm, si hay suerte, sin avisar que demorarás) o quedándote hasta la madrugada de tu fds en el skype conmigo.
Y este fin de semana, el panorama se me va aclarando. No, cuando están tus amigos te olvidas de mí. Olvidas que estamos hablando en el chat y contestas llamadas de 25 minutos sin avisarme que demorarás. Nunca llamas tú para decirme una palabra bonita si es que estás con algún amigo o si has salido con tus hermanas, aunque me das toda la “libertad” para que llame cuando “me apetezca”. Y cuando, como este fin de semana, te reencuentras con un compinche de Lima, sea lo que sea que estés haciendo, tampoco te acuerdas. Pero supongo que cosas como esta tampoco son lo “realmente importante en nuestra relación”. ¿O sí?
Pd.- perdón por el cambio intempestivo, de forma de relato a interlocutor, pero no pude evitarlo y tampoco quise luego corregirlo. Si acaso un ensayo de la conversación que tendré con él quién sabe cuándo.
sábado, 30 de julio de 2011
viernes, 15 de julio de 2011
Qué tonterías se inventa una chibola enamorada
Lo encontré mujercitas! este es ese texto que le escribí al HDP que les comenté la otra vez. Ese que él no creía que yo había escrito, que pensaba me había pirateado de algun lado, y que años después me pidió mi permiso para que se lo dé a otra chica que estaba gileando jajaja.
Lean y ríanse de lo estúpidamente romántica que se volvía una de joven cuando pensaba que encontró al amor de su vida:
(Un dibujo de una media luna sonriente, con ojos cerrados, y unas tres estrellitas alrededor)
"Al final del día, cuando el sol ya se esconde,
y la densa oscuridad de la noche
cubre el inmenso firmamento,
van asomándose tímidamente las estrellas
cuyos discretos destellos no logran opacar
la impetuosa presencia de la Luna,
protagonista de las más mágicas historias..."
Se dice que todas las noches, las personas,
antes de dormir, crean pensamientos.
Piensan en aquellas cosas que quisieran realizar,
piensan en el motivo de su felicidad diaria.
Y estos pensamientos, mientras se van haciendo más fuertes,
se van elevando al cielo como el mismo viento;
y es que persiguen a su propia estrella,
ya que por cada pensamiento, una nueva empieza a brillar.
Entonces, estas estrellas van saltando, de nube en nube,
*NOTA: Saltando de nube en nube??? por Dios qué huachafaaaa, sueno como cuando a Frankie le decían que le construirían castillos de cristal en las nubes, o algo así
en busca también de su propio pensamiento,
y cuando finalmente lo llegan a encontrar
ayudan a éste a seguir elevándose poco a poco
hasta alcanzar a la dueña de toda noche: la Luna.
Y la pequeña estrella, intercediendo por el pensamiento
le pide a ella un humilde y gran favor:
"Querida Luna, si tu tienes el gran poder
de darle luz al mundo cuando éste ya oscurece,
pues igualmente tienes el poder de cumplir
con lo que ahora esta estrellita te pide.
Haz que, de alguna manera, se cumpla este pensamiento.
Dale a la persona a la que pertenece
el consuelo de vivir este hermoso deseo
aunque sea por una sola noche"
Por eso la Luna creó a los sueños.
Y así nos ha dado la oportunidad de vivir
lo que verdaderamente deseamos
cuando, sin darnos cuenta, estamos durmiendo.
¿Sabes qué es lo que yo le pido todas las noches a mi estrellita?
Le pido que me deje soñar contigo,
que me permita tenerte conmigo en mis sueños.
A veces el tiempo real es injusto,
quisiera detener los segundos, los minutos y las horas
cuando estoy a tu lado.
Porque tú eres el motivo de mi felicidad diaria,
porque tú eres el protagonista de mi propia historia mágica.
*NOTA: AJJJJJJJJJJJJJJJJ jajajajajjaja no pude aguantarme másss qué ascoooooo
Desgraciadamente yo no tengo el poder que tiene la Luna
para cumplir con este deseo,
pero por lo menos siempre me acuesto con una sonrisa,
porque sé que mi estrellita escucha mis pensamientos,
y mis pensamientos solo llevan tu nombre
y gritan al cielo lo mucho que te quiero.
29/05/01
Chateando con apuntes en la universidad
Unas joyitas chiquitas que acabo de encontrar junto con el guión que acabo de postear, entre Rafaela y yo, allá por el 2002. Qué bonito sería que lo puedan ver... chatear con apuntes que rotan de carpeta en carpeta en medio de una clase, con la letra ilegible de doctora que tiene Rafaela, y mi letra aun pulcra y bien definida... totalmente priceless:
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Hoja 1
Rafaela: Estoy con Eduardo
Matilda: Después me cuentas con puntos y comassss!!!! pucha! uds. resultan con novio de un día a otro! :S!
*NOTA: El día anterior -o acaso ese mismo día- Mariana nos contaba que estaba de novia con uno de los amigos de Lucía. Era mucha actividad con hombres en tan corto tiempo para estas incipientes mujercitas, comprendan mi asombro!
Rafaela: Matilda, no sabes cómo estoy. No me hago la idea, qué hago?? Mariana está más fregada que yo.
*NOTA: Dos días aproximadamente, después de esta nota, Rafaela termina con Eduardo, y huye. Mariana, al mes aproximadamente, es terminada por el amigo de Lucía, y rompe en llanto en medio de un jardín de la universidad :(
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Hoja 2
Matilda: Oye, pero qué cosa vamos a hacer el domingo? prender velitas y quemar cosas? eso me va a limpiar mis "cargas emocionales" jaja
*NOTA: Cargas emocionales se refieren a la ira furibunda post-relación con el HDP de entonces
Rafaela: Sí, ya vas a ver, vamos a invocar a los espíritus del olvido y la paz interna. Ellos nos ayudarán!!!
*NOTA: Ya en aquel entonces Rafaela iba confluyendo su faceta intuitiva y mística proveniente del norte, anticipando la relación próxima que tendría en un futuro con los apus y la madre selva
Matilda: JAJAJA!! pero yo no voy a poder quemar cosas que me haya dado el HDP, me da penita... y si se entera me mata. Entonces qué hago? quemo fotos de mi vieja? ja ja, no, tas huevón, qué pendejada
*NOTA: Matilda ingenua aun pensaba que su viejita era una exagerada. El tiempo le dio la razón a su viejita, como siempre sucede
Rafaela: Quema lo que te cause pena. Lo que más pena te cause. Si es que en realidad quieres dejar de sufrir y empezar de nuevo, piénsalo porque los hechizos son irreversibles, de ahi te explico
*NOTA: Rafaela pensaba que este tipo de rituales ayudarían a dejar atrás a estos fantasmas tan feos que siempre penan en nuestras vidas. En efecto, lo hicimos ese domingo, y si bien el fantasma no desapareció del todo, fue un momento muy especial para Matilda.
Mujercitas jugando a ser actrices (Parte uno)
ESCENA 1
(Lima a fines del siglo 19.
Verónica y Elena, ambas chicas cercanas a los treinta años, acaban de llegar a Lima.
Están caminando hacia la casa antigua de Verónica.
Verónica viste de negro, con una vincha negra, cabellos sueltos.
Elena, con una falda larga, cargando su cartera europea, en donde guardaba algunas botellas pequeñas de licor robadas en el avión)
Verónica: Gracias por acompañarme.
Elena: -Caminando apurada, probablemente sin saber hacia dónde está caminando, como siempre- Ni lo menciones! España está muy aburrida por estos días, y esto podría resultar muy divertido…
Verónica: Divertido?!
Elena:…quise decir, entretenido
Verónica: A ti te parece entretenido verme enfrentar a mi pasado??!!
Elena: Vamos. Diferente, mujer.
Verónica: Ver a mi tía, a Mariana! Mi hermanita…
*NOTA: el alterego de Mariana existía desde el 2002!!!!!
Elena: Tu hermanITA?! Tu hermanita ya debe estar bien crecidita. Además, cuántos años tenía cuando la dejaste? Dos?
Verónica: No. Cinco.
Elena: Cinco?? A los cinco años ya considero que eres una persona hecha y derecha… si tú supieras lo que yo hacía a los cinco años… Además, supongo que tu hermanita no es lo único que dejaste. Habrás dejado por ahí… algún novio…?
Voz interna de Verónica: -Hace su aparición en escena. Vestida de la misma manera que Verónica- Ay Elena, dices eso porque no lo has vivido...
Verónica: Las primeras noches en Madrid fueron interminables…
Voz interna de Verónica: Claro que después una se acostumbra.
Verónica: Qué dirá la Tía Norma cuando me vea?
Elena: Bueno. Tu tía tendrá que entender… tú qué piensas?
Verónica: -Deambula, mira al cielo con sus ojos dormilones, y responde con la clasiquísima repregunta- … Qué?
Elena: En dónde andas mujer?!
Verónica: En nada. Los recuerdos que me agobian. Los recuerdos de aquel día…
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ESCENA 2
(Casa de Tía Norma.
Verónica a sus dieciocho años.
Tía Norma, una señora aristocrática de la Lima antigua.
Ambas con rostros acongojados, juntas en la sala)
Tía Norma: Sin duda fue un golpe muy duro para ustedes… Quién imaginaría que ese terremoto destruiría tu casa? Solo tu casa! Yo le dije a tu padre que no construya él solo la casa… pero él nunca me escuchaba…
Verónica: Ya, tía. Por favor.
Tía Norma: Tienes razón. No sirve de nada. Ahora tienes que pensar en el futuro! Y sobre todo en tu hermana que es una niña.
Verónica: Pero qué puedo hacer yo?
Tía Norma: Bueno. Debes hacer lo más conveniente para ustedes…
Verónica: Cómo qué??
Tía Norma: Casualmente he conocido a un joven muyyy decente, que tiene serias intenciones de casarse contigo.
Verónica: Pero tía, acabo de cumplir dieciocho años, y me gustaría estudiar algo… no sé…
Tía Norma: Ay Verónica. Lo que tú necesitas es un marido que se encargue de tus problemas, y con eso me refiero a Mariana. Los estudios no te van a dar lo que necesitas.
Voz interna de Verónica: -Pensativa, repara en una idea y su cara se hincha de la rabia- No! No me quiero casar!!!! Y conociendo los gustos de mi tía, va a ser un viejo asqueroso!!! …Si pudiera decirte que eres una vieja locaaa! Y lo que necesito es vivir!!! Ya no aguanto más!!! – cae al suelo estrepitosamente de rodillas, a pesar de que acababa de tener un cuadro crítico de quiste reventado en un ovario, y todo el público suelta un: au!!- Maldita sea, por qué se murieron?... no es mi culpa!!!!... no es mi culpa.
Tía Norma: Verónica?... Verónica! En qué piensas? Ay, tú siempre pensando en quién sabe qué cosas!!
Verónica: No, tía. Estaba pensando... en el vestido de novia.
Tía Norma: Así me gusta. Yo sabía que eras una chica muy inteligente. Bueno, voy a hablar con el muchacho que quiere casarse contigo! Voy a decirle que venga a visitarte para formalizar la relación. Mariana?... acompáñame!
(Tía Norma desaparece de escena. Verónica se queda sola, pensando en voz alta)
Verónica: Y ahora? Qué voy a hacer?
Voz interna de Verónica: … escapar!!!
Verónica: Pero, a dónde?
Voz interna de Verónica: Siempre quise conocer Europa…
Verónica: …España…
Voz interna de Verónica: … Madrid…
Verónica: …pero no tengo dinero
Voz interna de Verónica: …los ahorros de la Tía están bajo su cama… la muy bruta no confía en los bancos…
Verónica: … Y Mariana?
Voz interna de Verónica: Al diablo con Mariana!
Verónica: No voy a dejar de vivir por nadie.
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Tía Norma: Tienes razón. No sirve de nada. Ahora tienes que pensar en el futuro! Y sobre todo en tu hermana que es una niña.
Verónica: Pero qué puedo hacer yo?
Tía Norma: Bueno. Debes hacer lo más conveniente para ustedes…
Verónica: Cómo qué??
Tía Norma: Casualmente he conocido a un joven muyyy decente, que tiene serias intenciones de casarse contigo.
Verónica: Pero tía, acabo de cumplir dieciocho años, y me gustaría estudiar algo… no sé…
Tía Norma: Ay Verónica. Lo que tú necesitas es un marido que se encargue de tus problemas, y con eso me refiero a Mariana. Los estudios no te van a dar lo que necesitas.
Voz interna de Verónica: -Pensativa, repara en una idea y su cara se hincha de la rabia- No! No me quiero casar!!!! Y conociendo los gustos de mi tía, va a ser un viejo asqueroso!!! …Si pudiera decirte que eres una vieja locaaa! Y lo que necesito es vivir!!! Ya no aguanto más!!! – cae al suelo estrepitosamente de rodillas, a pesar de que acababa de tener un cuadro crítico de quiste reventado en un ovario, y todo el público suelta un: au!!- Maldita sea, por qué se murieron?... no es mi culpa!!!!... no es mi culpa.
Tía Norma: Verónica?... Verónica! En qué piensas? Ay, tú siempre pensando en quién sabe qué cosas!!
Verónica: No, tía. Estaba pensando... en el vestido de novia.
Tía Norma: Así me gusta. Yo sabía que eras una chica muy inteligente. Bueno, voy a hablar con el muchacho que quiere casarse contigo! Voy a decirle que venga a visitarte para formalizar la relación. Mariana?... acompáñame!
(Tía Norma desaparece de escena. Verónica se queda sola, pensando en voz alta)
Verónica: Y ahora? Qué voy a hacer?
Voz interna de Verónica: … escapar!!!
Verónica: Pero, a dónde?
Voz interna de Verónica: Siempre quise conocer Europa…
Verónica: …España…
Voz interna de Verónica: … Madrid…
Verónica: …pero no tengo dinero
Voz interna de Verónica: …los ahorros de la Tía están bajo su cama… la muy bruta no confía en los bancos…
Verónica: … Y Mariana?
Voz interna de Verónica: Al diablo con Mariana!
Verónica: No voy a dejar de vivir por nadie.
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En el 2002, casi todas las mujercitas se matricularon juntas al curso de Taller de teatro (menos Frankie, pero ella iba a veces como alumna libre). Tuvieron que crear una pequeña obra como trabajo final del curso. Como ya la dinámica entre las cinco se venía consolidando en esta red de soporte y reflexión sobre el rol de la mujer, sus expectativas, miedos, y frustraciones, las llevó a imaginarse a un grupo de mujeres en una época mucho más conservadora de la que les había tocado vivir. Como verán a continuación, los personajes se fueron consolidando por sí solos, de manera muy natural. Hoy, nueve años después, Matilda encuentra unos papeles dentro de un cuaderno de la universidad. Descubre que era el guión de esta humilde obra. Y piensa: “Tengo que postearlo YA MISMO!!!”
Personajes
Verónica: Lucía
Voz interna de Verónica: Matilda
Elena: Rafaela
Mariana: Mariana, duh!
Tía Norma: una chica de la que ya no recuerdo el nombre
CONTINUARÁ. Esperen la Escena 3 que es muchísimo más divertida!
Personajes
Verónica: Lucía
Voz interna de Verónica: Matilda
Elena: Rafaela
Mariana: Mariana, duh!
Tía Norma: una chica de la que ya no recuerdo el nombre
CONTINUARÁ. Esperen la Escena 3 que es muchísimo más divertida!
lunes, 11 de julio de 2011
Unsent (Parte III - The last one)
Si hace algunos años me hubieran preguntado, de todos los hombres que conocí, si era J el hombre que iba a hacerme la mujer más feliz del mundo, yo siempre hubiera respondido: "No lo creo". Por no decir: “NI CAGANDO”. Y creo que está bien reconocer lo insegura y accidentada que fue nuestra historia, porque contigo he entendido de qué se trata enamorarse realmente.
1. El enganche inicial: un beso que es más que un beso, un revolcón que es más que un revolcón
En colegio jamás conversé contigo. Te veía renegón, medio huevero, y muy parco. Terminó colegio, no sé cómo conseguiste mi msn, y empezamos a bromearnos por el chat. Me hacías reír muchísimo, pero eras muy tosco y hablábamos solo tonterías. De pronto empezamos a hablar de cosas más serias, y me empezaste a caer bien de verdad.
Primera cita: una conversación, un par de tragos, una caída aparatosa de tu silla casi rota, muchas risas y un beso. Un solo beso largo y adolescente, en donde no importó llegar a segunda o tercera base, sino donde el beso en sí mismo colmó nuestra atención e interés por cerca de 2 horas seguidas sin darnos cuenta del tiempo. Un solo beso que no nos separó ni cuando abrías la puerta de tu casa, ni cuando subimos al taxi, ni cuando te despediste de mí en la puerta de mi casa.
Bésandote una locura voy a cometer. Él es tu amor, yo ya lo sé... http://www.youtube.com/watch?v=DSrKaUUPraM
Segunda cita: una conversación, un regalo de tu viaje, y un encuentro no esperado en tu cama. No puedo llamarle “sexo” a secas, porque no lo sentí así. Fue más, no sé cómo llamarlo, pero sentí que fue mi primera vez que LA primera vez se sintió más que sexo en sí. Y eso, que luego los encuentros fueron poniéndose cada vez más brutales, y siempre teñidos con bromas y risas… siempre de los siempres, en el fondo, sentí que no era solo sexo, ni una sola vez.
Ay, tú y tu conchatumadre ponedor jaja
2. Perseverancia: él y los otros. El que me sigue, ¿me consigue?
Año nuevo: cada uno por su lado con sus respectivos y eternos pendientes (en mi caso era K, en tu caso la chata esa que te traía de cabeza desde varios años atrás). Sé que cada uno la pasó bien, en mi caso tal vez con mayores ilusiones, en tu caso creo que solo fue un cierre que querías tener, y no sé si solo de manera racional o si ya existían sentimientos hacia mí, pero me elegiste a mí en vez de ella. Yo no pude decir lo mismo. Yo, entre K que me había dejado en las nubes, y entre D que me pedía regresar con él. Tú, escuchando estas historias y a pesar de ese contexto tan incierto, me dedicabas canciones y no te desprendías de mi por nada del mundo. Regresó K, y tuve que pedirte alejarnos. Lloré toda esa noche contigo, lloré como Magdalena, y tonta yo ahora en perspectiva me pregunto: ¿cómo no te diste cuenta el por qué de todas esas millones de lágrimas? Obvio: en el fondo no te quería dejar ir. Pero así y todo, dejé que te vayas.
En todo ese tiempo que no sabía nada de K, tú siempre estuviste pendiente de mí. No me dejaste ir en realidad, pero tampoco me presionaste. Eras el perfecto calientabancas, a pesar de lo terrible que sonara eso. Pero así te sentía. Pensaba ¿qué onda contigo, si te he choteado y todo, pero sigues aquí esperándome? Tal vez tú fuiste más inteligente y sabías que volvería, no por nada se llora tanto cuando te despides de alguien. Y así fue, regresé a ti. No del todo convencida, pero regresé.
La primera canción que me dedicaste. SImple, bonita y perfecta. Será nuestro primer baile cuando nos casemos.
3. Conocerse: él y sus maneras/yo y mis expectativas. ¿Valdrá la pena?
Mechas, discusiones, malos entendidos. Tu por no hablar bien, yo por hablar de más. Tu a veces simplista y práctico, yo compleja y abstracta por otros tantos. Yo esperando que me mandes a la mierda cuando me pasaba de excesos, tu aturdidamente apacible a mi entender.
Aparte de eso, conocimos toda nuestra vida e historias con todos los detalles y reveses, esos que muchas personas dicen que es mejor no dar a conocer así por completo a tu pareja. Has sido el único hombre que ha conocido ab-so-lu-ta-men-te todas mis historias previas con todos los hombres que alguna vez significaron algo para mí. Te conté de todos mis unsents anteriores (parte I y II, de pé a pá). Y a pesar de ello, eres también el único que ha tenido la actitud más comprensible y tolerante con todos ellos. Comprensible porque sabes que la mayoría de ellos forman parte de mi grupo más cercano de amigos, y que seguiremos parando con ellos hasta el final de los tiempos. Tolerante porque a pesar de todo lo que pasé con ellos, las cosas buenas o malas que me hicieron, sabes que no fueron en tu tiempo y no deben de hacerte mala sangre a estas alturas de nuestra relación. Del mismo modo, conocí todas tus historias con tus mujeres que también, en su gran mayoría, siguen relativamente cercanas a ti y es algo que tuve que aprender a sobrellevar también. Porque por naturaleza nosotras las mujeres somos mucho más neuróticas que uds.
Ya con toda esta información, sobre lo que tú eras, sobre lo que yo soy, teníamos que decidir: ¿estamos apostando por nosotros de verdad?, ¿las cosas bonitas superan con creces las cosas no tan bonitas que nos pasan juntos?, ¿puedo realmente confiar en ti?
Quererte es no entenderte, y que te siga queriendo
4. Consensos: somos distintos, no es el fin del mundo. Sí valió la pena.
Poco a poco me fui dando cuenta de que, si bien las formas eran distintas entre nosotros, el contenido de fondo era el mismo. Siempre quisimos lo mismo del otro, solo que nos dejábamos enredar en nuestras diferencias. Me dijiste Te amo por primera vez, luego de 2 años juntos, a media noche a los pies de un laguito. Y fue la primera vez que dije Te amo con total convencimiento. No por cumplir, no por seguir el protocolo, sino porque de verdad lo sentí así, luego de todo lo que tuvimos que pasar para llegar a ese momento.
De ahí en adelante, fuimos tratando de llegar a acuerdos que nos permitan ir avanzando en nuestra manera de hacer las cosas, hay veces que uno es el que tiene que ceder, y otras veces es el otro. Esto de construir una relación se constituye en estos pequeños acuerdos que mayormente se van dando sin que una se dé cuenta de manera consciente. Y no es que una relación sean meros tomas y dacas, pero qué importante es llegar a ese punto subliminal en donde separas las diferencias tontas de las diferencias de fondo. Y te abstraes un ratito, y regresas a él para solucionarlo. Ojo que no es sencillo ponerlo en práctica, pero creo yo es el kit para hacer que una relación avance de verdad.
Creo que es ahí recién cuando yo empecé a valorar todo lo que tú has sido para mí en este tiempo juntos. Y al darme cuenta de esto, me vi a mí misma y reconocí que si imagino un futuro sin ti, nada de lo que haga ya tendría mucho sentido. Me di cuenta que no me resultaba posible concebirme a mi misma sin tenerte a ti como referente. Suena dependiente, suena estúpido, pos sí. Pero es la realidad. Y ya no me asustaba aceptarlo.
Antes de mí, tú no eras tú. Antes de tí, yo no era yo.
5. Entregarte: darte en bandeja, completa, sin miedos y sin peros que te detengan.
Y luego de toooodo este largo proceso, es donde el amor, ese amor melcochoso, rosado, con olor a florecitas llegó a mí. Recién aquí pude empezar a vivir mi luna de miel, mis ganas de no desprenderme jamás de ti, de no cansarme ni aburrirme en decirte cada minuto que te amo. Obvio que seguimos peleando, discutiremos cuando amerite el caso, y habrá días donde nos saquemos de quicio el uno al otro. Pero todo estará bien. Lo conversaremos, y trataremos de corregir nuestros errores como lo hemos venido haciendo en estos cuatro años juntos.
Me haces feliz. Yo te hago feliz. Eso es lo que realmente importa. Ojala el tiempo nos siga dando la razón y nos reafirme siempre que estuvo buena la decisión de hacer nuestra vida juntos. Que vengan las nuevas experiencias juntos, más viajes, la convivencia de a de veras, nuestros bebés hermosos y nuestras tardes de sábado abrazados. Que vengan más discusiones, más besos antes de dormir, más payasadas y ataques de risa juntos con nuestras carcajadas tan alharacosas que tenemos. Que venga todo lo bueno y todo lo malo a la vez. Ya no tengo nadita de miedo porque sé que al final, pase lo que pase, siempre estarás conmigo. Díganme ilusa, pero pocas veces tengo la certeza de afirmar cosas. Y créanme que esto ya me quedo súper clarito: él sí es el hombre de mi vida. Él ES!
Caminando hace unos días, viendo a unos chicos haciendo estupideces en la calle:
Tú: “Idiotas. Se van a morir solos”
Yo: “Y tú, ¿te vas a morir conmigo?”
Tú: “Sí”
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