Qué suerte pasar todo esto con tu mejor amigo. Creo que más allá del amor que empieza a dimensionarse distinto, lo que más he sentido en estos casi cinco meses, es que la paso de puta madre con él. Vivir con alguien es fácil si son los mejores juntos. Si realmente se cagan de risa juntos. Creo que en eso se resume todo: las risas al final de cada día hacen que todo haya valido la pena.
jueves, 19 de noviembre de 2015
La vida de a uno con otro
Qué suerte pasar todo esto con tu mejor amigo. Creo que más allá del amor que empieza a dimensionarse distinto, lo que más he sentido en estos casi cinco meses, es que la paso de puta madre con él. Vivir con alguien es fácil si son los mejores juntos. Si realmente se cagan de risa juntos. Creo que en eso se resume todo: las risas al final de cada día hacen que todo haya valido la pena.
martes, 9 de junio de 2015
A go ta da
Y así se me pasan los días. Y las noches. Y los días.
Qué terrible es empezar un día pensando que ya quieres que termine.
Qué desgaste de vida es esta en la que me metí, en la que cada día siento más claramente que me estoy autometiendocabe.
Cómo encontrarle sentido a esto que empujas que sabes que no tiene mucho sentido. Que eres una minihormiga en medio de una jungla de flora y fauna en extremo exótica y diversa. Y ahi tas, tan hormiga.
Como esa hormiga tela que está saliendo en las redes, que bebe una mini gota de vodka, y se va a la mierda. Por lo débil y minúscula que es. Igual que tú.
Y tienes que hacer oficios, en términos formalones aburridones. Y perseguir gente. Y perseguirte a ti misma.
Y anotarte post its o anotarlo en tu cuaderno psicopático, que alucinas que te ayuda pero que está igual o peor de disperso que tu mente.
Respiras, asi como te enseño tu mamá. Sostienes el aire dentro, y tratas de irlo soltando lento. Poco a poco. Despacio. Tratas de que no se te escape esa lagrimita cojuda, que es cojuda porque no tiene ningun sentido aparente. Se llora por otras cosas, no por respirar.
Escribes. Y recuerdas cuántas veces atrás te agotaste. Recuerdas también que si no te fajas en tu agotadera, tu mamá no la hace. Porque ninguna de tus hermanas está trabajando. Y lo peor de todo, es que las comprendes. Por lo menos a una, jajaa
Tratas de pensar en cuánta gente en el mundo se agota todos los días, igual que tu, y en peores términos o condiciones. Te da lástima que la vida se nos pase asi, y te prometes a ti misma no soportar por mucho tiempo más esta sensación.
Porque no quisiera que el fin de los tiempos me coja así, desalentada y aburrida. Qué desperdicio.
Duérmete, que tienes que trabajar en un par de horas. Y respira.
martes, 5 de mayo de 2015
LOST
Hubiera querido escribir acerca de mi viaje fuera del país a hacer un master, de cómo me aportó la ida y cómo me aportó también el regreso; de la gente tan maravillosa y tan hijoeputa que conocí, y de cuánto extrañé a mi gente. Pero no. No, porque son tantas cosas que no quiero desmembrarlas en tópicos: los amigos, los amores, los amantes, los estudios, la confusión, el baile, mi madre, mis mujercitas. Lo tengo todo en un bloque, envuelto en una caja con un lacito que guardo muy bien y que abro de vez en cuando, cuando siento nostalgia o alegría. No escribo sobre todo ello porque me gusta tenerlo así, mezclado, revueltito, con la tristeza debajo de las fotos lindas y la alegría manchándolo todo. Y creo que sobre todo, porque no quiero entender todo lo que pasó en ese tiempo, o mejor dicho, no lo necesito.
La vuelta ha sido dura en muchos aspectos y estoy ahora en un momento que me preocupa aunque no me asusta. Es un momento de desconcierto en que mi mayor capital son mis experiencias (o el único :P ) y un corazón roto que quiero pensar que por roto vale más (a ver quién se come un corazón de vaca entero, a que en anticuchitos es mejor? :P ). Confundida, con el amor roto, una abogada ganándose un sueldo mínimo mensual enseñando kizomba (Ni siquiera me suena raro lo del sueldo mínimo sino lo de ganar dinero haciendo algo que no es mi profesión, benditas sean las noches de baile en las discotecas esas!), con el corazón en una mano y el cerebro en otra, como una balanza. Un momento perfecto "de chiripa", escribiendo hoy de chiripa, enamorada de chiripa, muriendo no por un amor, sino por un cigarro y una copa de vino... o una botella.
martes, 24 de marzo de 2015
Mi querido "primer" ex
lunes, 9 de marzo de 2015
Mi casita del árbol
Hola. Estoy cansada y las quiero mucho!
Más o menos he visto que no he escrito desde hace aprox un año tirando para dos... y si se ponen a pensar con detenimiento, es bien loco todo lo que nos ha venido pasando en este tiempo a cada una. Debo decir que hacia mis 20s pensaba que llegar a los 30s iba a ser como llegar a una especie de meseta, en donde no iban a venir muchas novedades sino más bien recurrencias. Y debo decir que, gratamente, veo que por ahi no iba nica. Cada una ha tenido que afrontar nuevos cambios, nuevos retos, nuevas personas en nuestras vidas, nuevas alegrías. Y claro, nuevas preocupaciones, nuevos cansancios, nuevas tristezas.
Y es jodido darse cuenta que:
Las tristezas que nos agarran de más viejas, duelen distinto pero terminan doliendo más fuerte, más profundo. Será que siendo más chibola, una piensa que son los primeros "dolores" por las que naturalmente tenemos que pasar, y que nos faltan pasar por muchos más. Pero ya siendo más vieja, piensas que ya te conocías todos los dolores posibles, y por eso nos agarra más desprevenidas.
La amistad terminaba pareciéndose mucho al amor de pareja. Procuras cuidar, respetar, comprender. Pero a veces no tenemos toda la paciencia y la cagamos un poco. O también, claro que sí y más de una vez, la cagamos maleado. Hay rupturas que parecen quedar para siempre (mis rupturas amicales en los últimos años me han dolido jodido, aun me duelen), y hay otras que permiten redimensionar el amor/amistad que tenías con esa persona. En el caso de uds., mis mujercitas, tengan clarísimo que siempre de los siempre voy a procurar cuidarlas y quererlas tal como sé que siempre procurarán hacerlo conmigo.
No sé uds., pero mi concepción de las prioridades en la vida van poco a poco volviéndose más simples. Más orgánicas. Ya sé que tampoco es que yo haya sido ufff la chica de las mil ambiciones en la vida pues no? jeje, pero hace unos años no muy lejanos pensaba en que nicagando me veía haciendo una vida o fuera de Lima, o fuera de la línea profesional en la que he sido formada. Menos hacerlo por J, si en caso a él se le ofreciera una oportunidad que implicara moverme hacia alguno de estos nuevos escenarios. Pero me vi ayer pensando con él: oye, hay que ver en qué invertimos nuestro dinero en los próximos años... porque no siempre vamos a ser empleados de alguien. Ver sus ojos de sorpresa ante mi nueva postura, me hizo dar cuenta de que me he ido flexibilizando.
Creo que esta última reflexión me viene por el lado de la preocupación de iniciar una familia. Con J, de a dos. Y si la vida me lo permite, con hijos(as) incluidos. Si pes, me hace ilusión organizar una vida compartida, una vida sana, aspiracionalmente feliz! Y cada vez me doy de cara con esta idea de que la vida se nos termina pasando muy rápido, y si no nos detenemos en disfrutarla de a de veras, nos va a pesar tarde o temprano. Por ejemplo, las personas a tu alrededor, tu familia, tus amigos, pueden irse de pronto. Pueden morir, pueden mudarse, pueden no crecer contigo. Y cuando te das cuenta de que hay elementos que no puedes controlar, es cuando aprendes a valorar el tiempo con estas personas que dabas por sentado en tu vida, en tu día a día.
Y esto de apreciar al tiempo es complicadísimo en un contexto en donde vemos cada vez más a mamás, esposas, que se sacan la mugre chambeando y prácticamente no pueden ver a su familia, y se matan haciendo mil pericias para poder con todo a la vez. Claro que eso responde también a que nuestra ciudad no nos apoya, el sistema laboral tampoco, y todo el contexto es siempre mierdoso con las mujeres.
Los últimos años han sido sumamente retadores. Por varios motivos. Esperemos tener siempre la sabiduría de detenernos, de respirar, de contemplar y preguntarnos siempre si así queríamos que nos venga la vida. En líneas generales sé que todas nos vamos a responder que claro que sí. Pero hay que preguntarnos por los detalles, esos que a la primera no reparamos o que nos da pereza de mirar con especificidad.