“Matilda vanidad?”
Lo leí y me recorrió un mini escalofrío. Era él. Hace cerca de un año o dos no sabía nada sobre él. Tras haberlo eliminado de mis contactos del mundo virtual, léase msn, facebook, y similares, él siempre había encontrado la forma de ubicarme igual. Incluso te creaste un perfil diferente para dar conmigo. Y aún me recuerdas, ¿y aun me saludas? Qué extraño.
No pensé responderte en ese momento. Estaba por irme a la playa con mi novio y un par de amigos, y la verdad no iba a ponerme yo misma en una situación incómoda. No sentía la necesidad de responder tampoco, pero pensaba que era mejor hacerlo eventualmente, para quedar bien y enviarle mis buenas vibras, tal como él siempre lo ha hecho.
Hoy le envío mi respuesta.
“Hola!”
Y al par de minutos me responde:
"Qué es de tu vida? me recuerdas? Estoy en Lima pero vuelvo a Barcelona mañana, hubiera sido genial verte, un beso"
Dejo pasar un rato más, y le respondo:
“Qué mostro que sigas por allá. Espero que hagas lo que estés haciendo, sigas siendo genuinamente feliz. Disfruta tu último día en Lima! cuídate mucho, un abrazo”
Y finalmente, me responde:
“Muchas gracias por tus lindos deseos mi querida Vanidad. Muchos éxitos en tu vida y por favor no te pierdas tanto. Sería genial retomar la conexión. Un beso”.
Y heme aquí, en el momento donde pienso: ¿le respondo o lo dejo ahí?
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A Don D lo conocí por las pericias del internet allá por el año 2004 más o menos. Es curioso que las únicas veces que me dí la oportunidad de conocer a 3 hombres a través del internet, estos se volvieron personas muy especiales para mí. Él fue uno de ellos.
Este Don D era bastante particular. Todo un personaje literario. Me divertía mucho y me hacía gracia escuchar sus galanterías de todo un verdadero Don (muy chapado a la antigua, y muy atrevido a la vez). Rojo, rojísimo como él solo, le encantaba el flamenco, el rock… tan melómano que compartió conmigo muchas canciones que jamás había escuchado antes. Le gustaban los gatos, era padre de una niña chinita y rulosa, escribía versos, pero era por sobre todo muy MUY buena onda.
Intercambiábamos fotos, y definitivamente no eras guapo. Pero tenías un estilo muy pintoresco, con tu peinado a lo Jim Morrison, con muchos rulos. Para nada mi tipo. Te veía feo pero eras sin duda bastante atractivo. No por gusto tantas chicas guapas estaban contigo. Las veía en fotos contigo, así que floro no eras. Alguna vez incluso me pediste ser cómplice contigo en alguna treta virtual con ellas. Era siempre divertido y travieso conversar contigo.
Así fuimos compañeros por cerca de 4 años, sin encontrarnos ni vernos las caras directamente. Porque sabía que era peligroso, yo tenía novio en aquel entonces, y por ello prefería evitarme la fatiga (mental y emocional de ponerme yo misma en riesgo). Por circunstancias que hoy no vienen al caso, terminé con el entonces novio, y en un momento decidí verte. Sobretodo porque me habías dado la noticia de que te irías a España por Dios sabe cuánto tiempo.
Quedamos en vernos una noche, pero tú nunca te manifestaste. Me dejaste en casa con los crespos hechos, y piconísima por haberme cancelado de esa manera. Como ya estaba lista, decidí salir igual, como sea, donde sea. Y ahí encontré, a mi actual novio, dispuesto a verse conmigo en su casa. Fui a verlo, y el resto es historia. Las vueltas que da la vida, realmente.
Igual, tú te fuiste a España, y luego me pediste disculpas por la desaparecida de ese día. Yo no me hice problemas al respecto, total, ya te habías ido y no habría de qué preocuparse. Además, otros asuntos me tenían más ocupada para ese momento.
Al año de estar saliendo con mi no-reconocido-novio, las cosas nos empezaron a ir un tanto mal. Me celaba demasiado, sentía que me absorbía, peleábamos mucho. De pronto un día el Don retoma contacto conmigo, contándome que estaba unos días por Lima. Quedamos en vernos, finally. Mentí a mi chico, y le dije que saldría con mis amigas esa noche. Días antes, él me había estado preguntando por el Don… que si aun tenía contacto con él, que si lo pensaba ver alguna vez en mi vida.
No quiero entrar en detalles de cómo fue esa noche, porque me carga la conciencia terriblemente. Nunca me pensé dispuesta a hacer lo que hice, y nunca pensé que mi chico fuera a tener tamaña reacción de averiguar el número celular del Don, llamarlo esa noche y pedirle que me pase conmigo. Fue la peor situación, la más tenebrosa y espantosa de todas. Me sentí pésimo, pero igual dejé que el Don me plantara sus buenos besos. ¿Por qué? Pues no lo sé. Simplemente no la pensé mucho, y dejé que pase.
Después de esa noche, tuve que tomar la decisión de perder el contacto con él. Porque era lo más sano, y lo más justo para todos. Pero él no se quiso ir tan fácilmente. Varias veces me enviaste correos, que yo respondí explicándote el por qué de mi desaparición, y me dijiste que tenías envidia, pero de la buena, de ver cómo cuidaba mi relación actual con mi novio, y que comprendías y que me deseabas –como siempre- lo mejor para mí, y que sea feliz por sobre todas las cosas. Y que respetabas mi alejamiento, pero que no lo haga por mucho tiempo. En algún correo después me decías que ya estuvo bueno y ya habías expiado suficiente tus culpas, no? Y que no me pierda. Y así fui dejándote de responder.
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A un día de celebrar mis 4 años con mi novio, y leerte así de pronto, creo que ha sido una señal extraña. Como para revalorar todo lo que mi novio tuvo que hacer para perdonar, y dejar pasar. No solo tuvo que esperarme una vez, me esperó por cerca de año y medio, con mis indecisiones y mis reproches, y mis besos a otro(s).
Y heme aquí, feliz y enamorada hasta el tuétano, a pesar de las broncas del día a día, y aprendiendo del amor real, el de a de veras, el que va a estar conmigo por el resto de mis días, y del cual me siento tan orgullosa.
No es necesario que te envíe un sms más.
Que te vaya bien mi querido Don, que sigas enamorando con ese estilo tan divertido y refinado. Que sigas luchando por tus ideas rojas, que sigas siendo activista y que sigas protestando y filosofando en este país y en los continentes que te acojan. Que los buenos vinos y los piscos aromaticen siempre tu tan deliciosa voz (¡qué voz la tuya, maldición!), y que sigas cantando con tu chamaca de cuero desgastada. Que sigas mostrándole el mundo a tu niña, a la que tanto amas y que guarda detrás una historia de amor tan bonita y bizarra como la que tuviste con su madre. Que sigas viendo lo sui generis en aquellas chicas comunes y corrientes, como hiciste conmigo, dándoles cumplidos y haciéndolas sentir guapas y únicas, aunque ellas no se sientan igual de extremas o especiales que tú. Que no me olvides.
NOTA:
Termino de escribir esto, y mi celular empieza a sonar.
Me está llamando.
Pero no contesto, soy así de maricona.
Sí, maricona y prudente.
Ay no.
Me ha dejado un mensaje de voz.
Qué nervios, no quiero escucharlo.
No era mensaje,
solo habia dejado correr la contestadora. Jajajaja.
Gracias por todas las bulerías y canciones divertidas como esta.
Que tengas buen viaje Don!!!