jueves, 11 de agosto de 2011

Las cosas viejas


Esta semana hemos empezado a “renovar” algunas cosas en casa. Mamá ha comprado un nuevo juego de sala y de comedor que nos entregan en una semana aproximadamente y tenemos ya coordinados los servicios de un contratista que empezará mañana a pintar la casa, colocar un par de mayólicas faltantes, instalar alguna repisa por allí, retocar pinturas de rejas y cosas así. Normalmente cuando se hace limpieza “general” en casa, reniego mucho con mi mamá por su costmbre de guardar cosas viejas. Ella es como una de esas “acumuladoras” que salen en la tele, pero versión bastante mesurada y feeling. Guarda “de recuerdo”por ejemplo, ollas de mi abuela, refundidas y tan viejas que no puede dárseles uso. Le he dicho que si tuviéramos un jardín, podríamos convertirlas en maceta, pero no, sé que no aceptaría ni así lo tuviéramos. Guarda recuerdos de bautizos y misas de difuntos (!!!) y tiene tendencia a exhibir en la sala los “adornos” que le regalan, aunque se trate de elefantes indúes o sean feos, y le he replicado mil veces su necesidad de guardar cosas (a mi entender) sin sentido, por pura emotividad, a veces inmerecida; pero bueno, eso ya es otro tema y en algún momento hablaré de mi mami en un post exclusivito para ella.

El punto es que a la par, me he comprado un ropero nuevo, lo que me ha obligado a remover cosas,adelantando lo que hago cada temporada, botando papeles, recuerdos que ya no son importantes, ropa o zapatos que realmente ya no uso (debo reconocer que para eso sí soy un poco supersticiosa y creo que por cada cosa vieja que boto, viene una nueva y más linda). Como sea, eso me puso a pensar qué es lo que guardo yo, a qué le tengo apego, de qué me cuesta desprenderme.

Revisando mi cajita de recuerdos, que la verdad ya estaba bastante grande, boté muchas cosas y me quedé con lo realmente importante (aunque no hubiera tenido problema en conservar ciertas cosas, pondero espacio-recuerdo y me quedo con el espacio), porque muchas de esas cosas tuvieron más significado para una Frankie que ya no soy, o cosas que ya no forman parte de mi vida, o no quiero que formen.

Las cosas que quedaron en la pila de “keep” y que supongo dicen algo de mí, fueron, si ningún orden en particular, entre otras:

- Cartas a mi padre (que murió cuando tenía un año), de mi primer año escolar, diciéndole “te agradezco por haber sido tan bueno, no me diste tiempo para saber en realidad si fuiste bueno pero sé que sí, porque los padres son siempre buenos”. Inocencia pura.
- Selección de versos adolescentes.
- Narración escrita de mi primer beso y otra de la “mandada” de C, mi gran historia de amor adolescente.
- Una carta de I, un amigo que nunca fue más que eso, que nunca me gileó ni nada, pero que traía la letra manuscrita de dos canciones de Alejandro Sanz, lo que me pareció muy normal porque él era supermegafan de A.S: “Hay un universo de pequeñas cosas” y “Para que me quieras”, con mi nombre al lado de esta última. Supongo que fui incapaz de percibir cosas que ahora percibo… bueno, al fin y al cabo yo tenía sólo 13 ó 14 años.
- La letra de “Disnei”, una canción de Campo de Almas, manuscrita por L, amor universitario. La canción dice “entre duendes y carruseles, entre magia y ternura, es real lo que imagino cuando te miro”… eso explica lo de los castillitos de cristal sobre las nubes que me quería construir, jaja
- Una nota de L, una buena amiga de colegio a la que no veía hacían años (no había fb aún), diciendo “no sé si vives aquí, no me olvidé cómo llegar” y prometiendo volver un viernes 2 pm. Ahora hemos vuelto a tener contacto y me contó y dio su perspectiva sobre el amor a distancia que también padece.
- Un boleto de la feria del hogar.
- Dos cartas a mi abuelo, mientras estuvo hospitalizado antes de morir (yo tenía 12 años), con letra enorme, porque la vista no le ayudaba.
- Boleto de viaje a Trujillo, en enero de 2003, a donde fui con 18 años recién
cumplidos, con Mariana y Rafaela.
- Dos cartas de un “admirador secreto” (que nunca perdió la categoría de "secreto") que incluyeron un envío de flores en mi cumpleaños 16 (sí, creo q fue en ese año). “Desde que te vi por primera vez no he dejado de pensar en ti(…) además noto que eres una chica diferente a las demás y eso hace que me gustes más”... diferente siempre fui. No hubo más cartas. Supongo que notó también que “diferente” no es necesariamente “mejor”.
- Billetera de mi abuelo fallecido, en la que encontré 10 soles luego de que muriera, como los 10 soles que me daba cada vez que cobraba su jubilación.Para mí fue una señal y hasta ahora conservo ese billete.
- Cartas de niña y adolescente a mi mamá(las tengo yo y no ella!!!)
- Boleta de los primeros óvulos anticonceptivos que compre, cuando empezaba mi vida sexual allá en abril de 2004 (sí, qué inseguro!)
- Hoja con recuerditos de mis amigos de mi segundo colegio
- Cartitas de mi mami a mí, de esas que se hacen en retiros y cosas parecidas.
- Tarjetas y notitas de agradecimiento de gente a la que ayudé en mi anterior trabajo.
- Hoja de preguntas sobre el futuro, elaborada junto con F, mi mejor amiga de adolescencia, cuando teníamos 15 años. Hoy tenemos las respuestas a cada una de esas 20 preguntas, pero pese a que yo haya querido creer lo contrario, ella no está ya dentro de mis mejores amigas. Y me apena, pero no duele realmente.
- Tarjeta de invitación a mi ceremonia de graduación de la universidad.
- Pulserita de mostacillas de cuando tenía 3 años, que es todavía más especial porque la llevaba en una foto tomada en el Parque de Las Leyendas, foto que aún conservo.

Estas son las cosas que me importan en la vida y de las que me cuesta separarme.Caben todas en una lata de panetón :)

Debo precisar que las notitas de mis mujercitas las llevo en la billetera (aunque creo que las sacaré, me da miedo que me roben y perderlas!). Tengo una postal de Matilda que está sobre mi escritorio, no entra en mi billetera pero soy incapaz de ponerla en la latita de recuerdos, porque curiosamente siento que esas cosas no son recuerdos, son mi presente. Mis ex, que han sido sólo 3, tienen cada uno su “montoncito” de recuerdos especial, más o menos grande, dependiendo de las cosas vividas… ese también es otro tema.

1 comentario:

  1. Post bonito :) A mi me hubiera gustado ser más así, usualmente no guardo cosas... por eso todo lo que tengo guardado son de cuando era bien chibola. Una de las cosas más graciosas con las que me encuentro cuando hago limpieza así, son mis 2 diarios. Uno lo empecé a mis 9 años aprox, y el otro lo acabé cuando estaba a punto de iniciar la universidad.

    También tengo cartas de mi papá, cuando se afanó los primeros años en Japón y me escribía... tamare! me acabo de acordar que hoy es su cumple :S jajaja

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