domingo, 9 de junio de 2024

Ellas y yo a los 40s

 ¿Cómo avanza la vida y cómo la agarramos?

¿Por dónde la llevamos? ¿Cuándo vamos parando y cuándo vamos empujando?

Cada una de nosotras ha tenido y seguirá confeccionando sus propios caminos. Y lo más bonito es que hemos tenido los ovarios para tragar saliva, y nos/las hemos dejado ser. En este tránsito, cada una ha tomado decisiones que nos han acercado o alejado en distintas etapas, y de hecho así va a seguir siendo. Porque así nos forjamos en nuestras intenciones y concentraciones. Sí se vale fluctuar, se vale cagarla y pensarnos y sobretodo sentirnos juntas allí, en medio de todo eso. Sin perder la capacidad de reconocer las cosas que de verdad importan.

Pensar distinto y hablar desde cada ego. Sentir igual y hablar desde lo que nos une. Esa “magia” cuando se ha tenido no se pierde, se transforma. Sostener una energía igual por siempre es irreal; unir dejar y retomar… para volver a soltar y reunir cuando convenga, es de los ejercicios más bonitos y respetuosos con la vida y con ellas.

Este show no es solo mío, ellas tienen el suyo propio. No necesitamos todas una misma actividad o espacio físico en común donde cohabitar, porque el verdadero interés siempre va a seguir siendo acompañarnos en lo que cada una dio forma y autodenominó como “vida”. Mirar la vida desde diferentes lentes, los que cada una trajo y moldeó con el tiempo. Qué delicia compartir aprendizajes siempre, así prioricemos diferentes temas cada una. Tener apertura para escuchar la historia de cada una, honrarla y dar el espacio para que cada una conviva con la otra sus alegrías y sus dolores, los de a de veras… por separado o juntas si en caso se dé…sin pedir nada a cambio más que eso, ser un espacio seguro. Sin contrato de transacción, sin fechas de vencimiento. Eso es para mí lo que siempre voy a agradecerles.

Mirar y reconocer también la persona que cada una somos, no como paquete en conjunto. Sino como individuas por separado. La facilidad para reirme de estupideces como solo puedo hacerlo con Lucía. El pragmatismo y la familiaridad con la que siempre me siento con Mariana. La profundidad y la sintonía para identificar mensajes en distintos planos con Rafaela. La inteligencia y honestidad que siempre me va a traer Frankie. Obviamente cada una de ellas es mucho más que solo estas características. Pero no saben lo especial que es verlas a ellas fluctuar en ese mismo rango cuando se ponen de pronto profundas, complicadas, distraídas o cojudas, o brutas! Jajaj porque también lo somos. Cada una, en momentos distintos, de maneras completamente diferentes.

Ni siquiera fue necesario que categorías de vida de mujer nos una o nos mantenga amigas… como soltera/casada/aun no viuda ni divorciada/con hijos/sin hijos/¿no vale nada?… Claro que vale ser lo que chucha quieras ser!!! Amar va más allá de hacer tribu por categorías. Qué rico que es ver la vida desde cada una de estos lados de la misma moneda con las que nos tocó jugárnosla: ser mujer, con heridas de infancia o de otras vidas, con los recursos que pudimos ir cogiendo y reacomodando, con la ilusión de que siempre la vida se puede ir poniendo más alucinante.

Gracias por la magia que cada una y en conjunto me siguen enseñando. Para que, no siempre ni nunca… sino cuando a cada una le antoje o cuando cada una se sienta lista, tengamos la bondad de pedir al universo que nos permita tenernos desde donde corresponda. Y que tengamos la energía para coger el celu y mandar un texto, un video, una llamada, o coger un taxi o un avión. Para irnos por el café de toda la vida o pegarnos la bomba en medio de un lago paradisíaco. Para que vayamos a comer rico rodeadas de sobrinos y que convivan con la Tía Rafaela carajera que juega y canta y saca metros de plástico para que pinten encima, con pinturas que no se despintan, que le enseña el truco de desaparecer dedos que le hacía su papá o les enseña a hacer caso a su intuición con el tarot amazónico… o con la Tía Lucía que siempre viene a visitarnos cada vez que puede, nos trae tamales, da abrazos grandes y largos y camina de la mano así no sepa a dónde estemos yendo… o con la Tía Mariana que nos trae regalos hermosos así haya un virus pandémico, con sus envoltorios bonitos y sus mensajes lindos con letra linda, que me haya traído lejos de la ciudad y aun en época post pandémica a todos mis sobrin@s, para conocer y despedirme a la vez de mi sobrina la más chiquita y ricotona. 

Para que sigamos saliendo a chupar un dia de semana, comprarles vestidos a cada una, verlas guapazas y periqueadas luciéndolos, para terminar fumándonos un pucho escuchando Sabina en un parque.

Claro que podemos ser todas esas versiones. Y siempre de los siempres va a valer la pena.